Historia del club

Mientras esto ocurría, un alemán llamado Axel, llegó a trabajar a México de manera temporal. Siendo Axel un entusiasta de los automóviles, dedicó algún tiempo a observar los autos disponibles aquí, para decidir que marca y modelo compraría para coleccionar y disfrutar de su gusto por la restauración, y fue cuando encontró el Dinalpin. En poco tiempo adquirió uno, y comenzó a crear una comunidad de propietarios de Dinalpin que él llamó “Los Dinalpinistas”. Su labor fue ardua, pues en su tiempo libre recorría la ciudad en busca de Dinalpines, y cuando encontraba uno insistía en hablar con el dueño para invitarlo a las reuniones que organizaba en la casa que habitaba en la calle de Moras en la Colonia Del Valle. El entusiasmo de Axel era grande, las reuniones eran prácticamente en la calle y las puertas de su casa se mantenían abiertas, adentro había comida y refrescos para mucha gente, rentaba mesas, sillas y manteles, y todo era pagado por él, y solo ponía una caja con una ranura superior en la entrada en la que ponía un letrero que decía que si querías cooperar con los gastos de la reunión, la cooperación era bienvenida. Este grupo, además de las reuniones en casa de Axel, realizó algunos desfiles y paseos, en los que sorprendentemente llagaban a participar más de 50 dinalpines.

Poco Tiempo duró este grupo, pues Axel fue cambiado de lugar de trabajo y se despidió del grupo, no sin antes crear una comisión de voluntarios que se encargarían de mantener al grupo unido de la misma forma que él lo había hecho, pero no sucedió como se esperaba y el grupo desapareció.

Por otro lado, el Club Renault Gordini Sport continuaba con sus reuniones mensuales. Estaba representado en las competencias de autos clásicos dentro de la categoría Vintage por su propio presidente, que corría con el único Renault en el serial. Era un R8 azul con un motor 1600 Gordini que en manos de Ricardo hacía un buen papel en las carreras.

Los intereses de Ricardo se enfocaron hacia una categoría de autos Fórmula que venían equipados con un motor Renault 1700, por lo que decidió dejar la presidencia del Club en manos de Enrique Rener, quien era un gran entusiasta que gustaba de coleccionar Renaults además de participar en competencias. El Club fue perdiendo miembros hasta que casi desapareció, entonces para hacerlo crecer fueron invitados los miembros del desaparecido grupo “Los Dinalpinistas”, además de conocidos pilotos de carreras, de rallies y amantes de la marca Renault.

Diversos problemas personales y de trabajo impiden a Enrique continuar presidiendo el Club, por lo que asume la presidencia Alberto Pedroza, quien junto con Tere Pastor y Guáguaro organizan diversos eventos, desde la participación en las actividades organizadas por otros clubes de la Comisión Nacional Vintage como desfiles y exhibiciones hasta la participación en las carreras organizadas por la misma comisión.

La participación del Club Renault en las competencias de pista y en los rallies es cada vez más numerosa, los triunfos de miembros del club cada vez más frecuentes y los eventos organizados por el club cuentan con la participación de muchos miembros de los demás clubes de la comisión.

El afán de compartir el gusto por la conducción deportiva motiva al club a organizar una serie de eventos llamados “Copa Renault”, para lo cual se rentaba el Autódromo de Pachuca. Estos exitosos eventos motivaron a muchas personas a participar en las carreras de la comisión, en los rallies de regularidad y en carreras de otras categorías.

La cordial convivencia en el club lleva a sus miembros a compartir eventos más allá del automovilismo, como fiestas ce cumpleaños, juego semanal de boliche y las fiestas de disfraces que cada año se organizaban.

En el regreso de Renault a México, el Club jugó un papel importante. La primera presentación oficial de nuevos modelos de Renault fue con la participación de tres tripulaciones del Club en el Rally del Milenio, a bordo de Clios 1.6 traídos a México especialmente para esa competencia que se corrió desde Las Vegas hasta Can Cun, obteniendo el primero y segundo lugar de la categoría 1600 y el segundo absoluto.

El Club dio una cálida bienvenida a Renault en una gran fiesta en «La Casa de Francia» que incluyó una exposición de algunos de los mejores autos de los años 50, 60 y 70.

A partir del año 2000 el Club amplió su participación en eventos deportivos no solo con autos clásicos, sino también con los nuevos modelos de Renault.